Calentamiento global y cambio climático: los científicos están divididos entre los que están a favor y los que están en contra (los llamados negadores de pruebas). Greta Thunberg a todos ellos: has traicionado nuestras expectativas.

Junio de 2019 fue el más caluroso de más de un siglo tanto en el mundo como en Europa, con 45 grados registrados en Provenza. En Alemania, fue el mes de junio más caluroso de la historia del clima, mientras que en Sicilia alcanzó los 44 grados, la costa adriática fue barrida por fuertes nubes, e incluso la nieve cayó el 15 de julio en los Alpes.

En este preocupante contexto de un clima que cambia bajo los ojos de todos, las consecuencias para los océanos (el nivel del mar está aumentando), para los bosques, la biodiversidad, la producción de alimentos, el agua, el empleo y, en una palabra, para la vida de los seres humanos, son pesadas y están destinadas a empeorar. Sin embargo, hay quienes niegan la evidencia a toda costa.

Por un lado, tenemos a los llamados partidarios (eminentes académicos, organizaciones líderes de las Naciones Unidas como la Organización Meteorológica Mundial, la FAO y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), entre otros) que consideran que el problema climático es la mayor amenaza a la existencia y el mayor desafío económico que el hombre ha experimentado jamás. También confirman que la responsabilidad humana es una certeza científica (según el Dr. Peter Scott de Br. Según otro estudio publicado en Nature Climate Chance el pasado mes de mayo), y concluyen que existe una necesidad urgente de cambios radicales en el comportamiento humano, es decir, un movimiento hacia una sociedad de valores diferentes.

Por otro lado, algunos académicos irreductibles (los llamados negadores) que califican de «infundados» los llamamientos de la comunidad científica, han presentado recientemente a los más altos organismos europeos una petición en la que se supone que en el pasado el planeta ha registrado al menos 6 eras de calentamiento global, todas agotadas, y que hoy nos enfrentamos a otra de ellas, por lo que nos encontramos dentro de la fisiología del comportamiento de la Tierra. Por lo tanto, no sería apropiado alterar el orden mundial actual. Donald Trump, quien acaba de anunciar el lanzamiento de una Comisión Presidencial de Investigación para revisar los alarmantes resultados de las agencias del gobierno de Estados Unidos que incluyeron el cambio climático entre los riesgos para la seguridad nacional, los apoyó.

Afortunadamente, las «hipótesis de las distintas épocas» -más allá de la eficacia de las mismas- han reaccionado ante numerosos investigadores en las áreas de clima, tiempo y ciencia del sistema terrestre, que en más de 300 firmaron una petición a favor de medidas rápidas y eficaces para contener el calentamiento global.

Es absolutamente grotesco que la mayor amenaza para nuestro planeta se aborde mediante peticiones, mientras que, según el IPCC ya mencionado, se requiere un esfuerzo sin precedentes en la historia de la humanidad para salir de este peligroso escenario.

En Viu la bici también compartimos el activismo adolescente de Greta Thunberg, que exige el compromiso de millones de personas que se niegan a heredar un planeta de desastres inevitables, y siempre hemos sido sensibles a los problemas del medio ambiente y el cambio climático. Como todo el mundo, también nosotros queremos un mundo más sostenible: y por eso aceptamos con gusto la perentoria invitación de Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, para ayudar a salvar el planeta (ver el artículo del 6/10/2019 en el periódico italiano «la Repubblica» titulado «cómo salvar el planeta»).

De hecho, estamos convencidos de que no hay más coartadas para nadie y que para evitar el precipicio climático y salvar el planeta, cada uno debe hacer su parte.

Dependiendo de las posibilidades de cada persona, por supuesto. Podemos empezar – a pequeños pasos, por supuesto – con algunos buenos principios de la vida cotidiana, por ejemplo, recordándonos que incluso esa preciosa herramienta que es la bicicleta puede ayudarnos a defender nuestro futuro, porque permite y fomenta comportamientos cotidianos sencillos y sostenibles como andar en bicicleta, no usar el coche y no contaminar, lo que aporta muchos beneficios tanto para las personas como para el `medio ambiente’.