Recientemente, Utrecht (una ciudad holandesa de 340.000 habitantes, de los cuales 90.000 utilizan la bicicleta diariamente, y que cuenta erca de medio millón de bicicletas en poder de los residentes), se ha puesto al frente de las noticias por el episodio de terrorismo internacional que tuvo lugar el pasado 18 de marzo y que costó la vida a tres personas. Pero esta ciudad ha regresado con fuerza para que se hable de ella por dos razones esenciales:
- Primer punto: por cómo se está tratando (y resolviendo) el problema de la gestión del gran número de bicicletas presentes en Utrecht y de su mejor ubicación posible en los aparcamientos de la ciudad.
- Segundo punto: por cómo facilita la vida cotidiana de los miles de ciclistas que en cualquier momento circulan por el territorio, y se enfrentan a problemas de tráfico, tiempos de espera, disponibilidad de plazas de aparcamiento y señalización vial suficiente.
Pero vayamos por orden.
Responde a la necesidad diaria contenida en el primer punto, el consistorio local (Gemeente Utrecht), a través de continuas actuaciones, en el marco de un proyecto de multiplicación de grandes estructuras cubiertas, vigiladas, monitorizadas, resultado de inversiones masivas focalizadas. Recordamos algunas etapas de este camino y algunas actuaciones a partir de 2017, cuando entró en funcionamiento la primera sección del mayor aparcamiento de bicicletas del mundo cerca de la Estación Central. Hoy en día Utrecht puede contar con 13 macroaparcamientos monitorizados y controlados, que se elevarán a 16 en 2020, cinco de los cuales están situados en la nueva zona de la Estación Central, donde ahora hay 12.500 plazas de aparcamiento pero en 2020 se elevarán a 33.000. Se espera que se construyan otras 22.000 plazas de aparcamiento cerca de las terminales de transporte público más importantes y que se ubicarán en la zona del centro de la ciudad y en la zona de Jaarbeurs (de acuerdo con la documentación que circula sobre el tema por el consistorio local). Algunos de estos macroaparcamientos recuerdan a nuestros centros comerciales, ya que hay muchas tiendas, bares, restaurantes y calles anchas para bicicletas y pasos elevados para peatones.
Nota importante.
«Viu la bici» pretende, como es sabido, crear una red de aparcamientos cubiertos y seguros en puntos estratégicos de la ciudad de Valencia, cómodos y modernos, tanto en instalaciones individuales como en aparcamientos reservados exclusivamente a las bicicletas. De esta forma, haremos posible aparcar y utilizar la bicicleta tantas veces como desee, solucionando en un instante todas aquellas condiciones de carácter práctico que la hacen problemática y desincentivan el uso de la bicicleta. Estoy pensando en los miles de residentes que, por ejemplo, tienen dos o tres bicicletas en sus casas y que no desean llevarlas arriba y abajo sobre sus hombros, no quieren dejarlas en la calle y que se las lleven, o les gustaría usarlas más a menudo, pero se sienten desanimados y se rinden. Mientras tanto, queremos despertar la conciencia y dar alternativas contra el poder abrumador de los coches, el ruido, la contaminación y el cambio climático, abriendo los ojos a nuevos horizontes de estilos de vida (¡recuerda que la bicicleta es buena para la salud!).
Así que no hemos podido evitar echar un vistazo a lo que está ocurriendo en Utrecht, que sigue siendo un modelo mundial de iniciativas innovadoras en materia de aparcamiento.
Al segundo punto respondemos afirmando que el Ayuntamiento de Utrecht da prioridad absoluta a los ciclistas y peatones y es cuidadoso y está dispuesto a facilitar la vida de los ciclistas urbanos y a dotarles de soluciones inteligentes y a menudo innovadoras (como en nuestro caso).
Una de estas soluciones es un nuevo sistema de gestión del tráfico de bicicletas llamado «P-route bicycle», que convierte a Utrecht en el primer y único país del mundo que lo ha introducido. En resumen, el sistema funciona de la siguiente manera: a lo largo de todas las vías de acceso al centro y a la Estación Central (donde se concentran los macroaparcamientos antes mencionados) se han creado e instalado 25 señales viales inteligentes especiales, que informan a los ciclistas del número de plazas libres en los aparcamientos más cercanos e indican la ruta para llegar hasta allí, especificando también la distancia a recorrer. Y si el aparcamiento está lleno, los ciclistas se dirigen al aparcamiento más cercano donde todavía hay plazas libres.
El sistema se basa en una serie de sensores ópticos que ven dónde hay o no un lugar libre y lo comunican a las señales en tiempo real, y luego a los ciclistas señalandoles los aparcamientos que serán vigilados y monitorizados.